EN BUSCA DE LAS PLANTAS SAGRADAS

Prólogo

 

Durante los meses fríos de 1994 inicié un largo viaje por Sudamérica en busca de las plantas sagradas. Este libro es una crónica de esa búsqueda. Los sucesos en los que me vi envuelto son narrados aquí tal y como fueron sucediendo; en muchas ocasiones día a día. Aparecen pues los hallazgos junto con las decepciones, las dudas junto con los descubrimientos. No hay ficción. Estas páginas reflejan la realidad, y sólo he omitido o alterado algunos nombres o datos concretos, por razones que se comprenderán enteramente una vez leído el libro.
Desde el principio todo sucedió de un modo inesperado y no previsto. Los planes hechos aquí—lejos de aquellos países, con mapas y guías de viaje, con datos entresacados de libros de chamanismo y etnobotánica, con consejos de otros investigadores y amigos viajeros—saltaron por los aires pocos días después de aterrizar en Sudamérica.
Mientras recorría las tierras de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia comprendí que de algún modo, la búsqueda que yo pretendía dirigir se realizaba por sí misma.
Finalmente abandoné mis intenciones iniciales y, tal y como pronto se verá, me dejé llevar por el propio ritmo del viaje.
En estos países comprobé in situ la existencia de las terribles condiciones de ignorancia, injusticia y desigualdad en que vive—o sobrevive—la gran mayoría de la población de Sudamérica, así como la destrucción sistemática a que están siendo sometidas gran parte de las culturas y de la naturaleza de este asombroso subcontinente.
El hecho de no aparecer estos hechos regularmente reflejados en las páginas de este libro, no significa que no existan, y menos aún que yo intente ocultarlos. Sencillamente eso sería objeto de una obra de otras características.
El propósito de este libro es otro, aunque todo él sea un reconocimiento de las tradiciones de los pueblos que llaman plantas sagradas o medicinas a algo que, por desconocimiento, nosotros hemos considerado peligroso, y por tanto hemos proscrito y prohibido.
Más que tratar de realizar una denuncia testimonial, o un libro de viajes al uso—un relato detallado y con múltiples descripciones de gentes o paisajes de los países que recorre el viajero—, el propósito de estas páginas es contribuir a ocupar un espacio vacío.

Las editoriales nos saturan con páginas y páginas y páginas, sin embargo hay demasiados huecos. Hay libros necesarios no escritos, o escritos sin palabras en territorios adonde es difícil acceder. A1 igual que sucede con las personas, hay libros que enriquecen nuestra vida, y otros que la empobrecen. Sólo quien lea y sueñe y viva estas páginas podrá juzgar si éste es uno de esos libros necesarios, o sólo un ruido más; si logra o no ser una ayuda inicial, tanto para aquellos que intenten llevar a cabo lo que largamente soñaron—viajar a Sudamérica en busca de plantas sagradas, chamanes y lugares de poder—, como para aquellos otros cuyo único anhelo es visitar, sin viajar físicamente, otros mundos de ésta o de otra realidad.
Incluyo pues, tanto mis experiencias reales, como datos prácticos sobre cómo viajar por estos países y cómo encontrar a los chamanes y lugares de poder que aparecen en estas páginas.
Estos datos prácticos—técnicas, consejos, indicios, pistas...—, están diseminados por todo el material utilizado para confeccionar este libro: cartas enviadas, diarios, cartas recibidas, relatos de poder, sueños, visiones, textos escritos después de una experiencia valiosa.

Sin embargo, para facilitar la búsqueda del viajero potencial, al final del libro hay un anexo con la información necesaria para poder llegar fácilmente a cada lugar descrito: a la casa de algunos de los chamanes—los que no han tenido inconveniente en ello—que menciono; a ruinas poco conocidas y extrañamente visitadas; o a los lugares de poder donde transcurren los sucesos narrados aquí.
Mis experiencias reales son en ocasiones narradas en forma de relatos de poder, destinados a ser utilizados para metaprogramarse —es decir, para modificar uno mismo su propia programación cerebral, la innata o la adquirida—ante un intento de romper conscientemente las barreras de la percepción no ordinaria.
Al igual que en las muñecas rusas, es posible descubrir entre y bajo la narración de estos hechos, otros del mismo carácter; y más adentro aún, algunos más difíciles de explicar con palabras por llevar implícita una salida del marco usual de descripción del mundo.
En cualquier caso tenga en cuenta el lector o la lectora que algunos textos de este libro están escritos en un estado modificado de conciencia. Tómense como testimonios, y no se atribuya a las afirmaciones hechas en ese contexto calidad de certezas. Estos textos pueden servir al lector avezado para comprender los peligros—no sólo físicos—de las plantas sagradas.
En general, pocas certezas se encontrarán en estas páginas, y sí muchas sugerencias, señales, indicios y pistas, tanto para psiconautas como para científicos y filósofos.

Un largo viaje es una experiencia total. Uno se ve obligado por las circunstancias del mismo a alcanzar y sobrepasar sus límites, a —forzosamente—ir más allá de lugares donde nunca antes había llegado. En un verdadero viaje uno extiende, en todas las direcciones y dimensiones, su campo de experiencias; acrecienta su patrimonio vital; siente en las entrañas la gran oportunidad de aumentar su conocimiento y su sabiduría. En un verdadero viaje uno no puede escapar.
En este contexto, pocos lectores o lectoras no habrán advertido a estas alturas, el doble significado de la palabra viaje: viaje exterior y viaje interior; viaje en el espacio interior o exterior; viaje por la tierra, por dentro y fuera de uno rnismo; viaje hacia y por mundos escondidos en profundidades normalmente ignoradas, en alturas habitualmente inexploradas; viaje que aumenta, trasciende y eleva nuestro nivel cotidiano de percepción. E1 viaje como experiencia absoluta y subversiva de la realidad comúnmente considerada como única. E1 viaje o cómo despertar. E1 viaje como despertar. De algún modo, todos viajamos por el simple hecho de vivir. Este libro expone y desarrolla también la posibilidad de un viaje decisivo, en el que estaría implicada toda la humanidad. Una minoría de ella como parte activa y consciente; una gran mayoría ignorante de todo lo que puede suceder en el futuro, pero también viajando en este planeta—llamado por unos Tierra, por otros Gaia, nada por los más—, cuyo destino es, finalmente, el de todos nosotros y nosotras.
¿Estamos en un estado de transición hacia un nuevo modelo de conciencia? ¿Un uso generalizado y consciente de las plantas sagradas, podrá excitar capacidades latentes en la mente del ser humano? ¿Descubriremos—o se han descubierto ya—sustancias capaces de activar partes dormidas de nuestro cerebro? ¿Es posible próximamente un salto evolutivo de nuestra especie? ¿Hacia dónde se dirige la humanidad? Únicamente viendo lo sabremos con certeza. Hoy por hoy sólo podemos atrevernos a asegurar que hay un campo mórfico universal en formación. En los últimos tiempos continúa creciendo y extendiéndose la red mundial de personas que estudian y viven en sus propias carnes—y en lo más profundo de sus mentes y almas—todo lo relacionado con las plantas sagradas, sustancias enteógenas, estados modificados de conciencia, neo-chamanismo, psicología transpersonal, nuevo paradigma de la ciencia, nuevas teorías de la evolución y la genética, etc.; que intercambian información, conocimientos, experiencias, materiales... generosamente; que se protegen mutuamente de los peligros, los riesgos y las trampas de transitar por los diferentes estados de conciencia; que unen esfuerzos; que comparten sus hallazgos; que intentan trabajar juntos y llevar a la práctica lo expuesto en los libros de poder; que se juegan la vida, o su prestigio social, o se arriesgan a ir a prisión por buscar la libertad que da el conocimiento; que saben que no están aisladas, pero que saben también que normalmente uno, o una, se adentra solo en lo desconocido; que, no obstante, son conscientes de que comparten un mismo intento, y por tanto, momentos de este largo —pero apasionante—proceso de liberación individual y social; que les merece la pena vivir la vida que han elegido vivir.
Este libro pues, será inútil y no tendrá ningún sentido, si se limita su uso al de mero entretenimiento, si se convierte en un medio de evasión de la realidad, y no en un instrumento para trascenderla.
Jung dijo una vez que «lo no vivido es una enfermedad que puede causar la muerte». Y lo decisivo no es tanto lo que se ha hecho, sino lo que ya no se hace, o aún más, lo que uno, una, puede no-hacer para llegar a ser capaz de traspasar y llevar más allá sus propios límites, hasta hacerlos desaparecer. Por eso he escrito En busca de las plantas sagradas.

 

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